Va a hacer un año. Un año increíble por la gran cantidad de cosas que han ocurrido... y las que no.
Un año de aquella decisión que, a la larga, me iba a ahorrar mucho dolor y frustración. Una decisión de la que no me he arrepentido en ningún momento, ni una sola vez. Un año lleno de consecuencias.
En el futuro, me gustaría poder contar a mis hijos (si es que los tengo) una historia maravillosa sobre cómo conocí a su padre, cómo nos enamoramos y cómo empezó todo. Puede que la historia que tenga que contarles ahora no sea tan mágica, no sea una historia de cuento de hadas... pero es una historia que me encanta, y que realmente querría contar. Una historia en la que él, que no era un príncipe, que no tenía caballo y sin ninguna preparación (porque ni siquiera él se lo esperaba) vino al rescate de ella, que se ahogaba en su propia mazmorra pero no quería ser rescatada y, de hecho, se defendió frente a su salvador.
Porque, a fin de cuentas, bien pensado, eso fue lo que ocurrió. Y sé que hay gente que no lo catalogaría de romántico, pero para mí lo es. Y ahora, aunque piense en lo que ocurrió hace casi un año, no me afecta. Escribo sobre las consecuencias (todas buenas, a la larga) y sonrío. Pero no tiene sentido intentar sacar sentimientos negativos de donde no los hay. Y no puedo forzarme a mí misma a sentirme mal. No tiene sentido. Ni me hace falta.
Feliz año para mí =)
viernes, febrero 10, 2012
Escrito en Año Nuevo
Maulló
La Chica Gato
a las
12:10
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 maullidos:
Publicar un comentario